¡A la boca no!
¿Porque mi bebe quiere comerse todo lo que ve?
Se quieren llevar todo a la boca! y ya no sabemos qué hacer para poder controlar esa pequeña manía de comerse sus manitos, piecitos, juguetes y todo lo que alcancen y encuentren a la vista.
El mundo es exploración para ellos, han pasado toda su vida dentro de una cuevita oscura (pancita de mamá), que ver tantos colores, sentir tantas texturas, y escuchar muchas voces les provoca toda la curiosidad del mundo, por eso por medio de la boca ellos comienzan a descubrir e interiorizar todo lo que ven, experimentándolo dentro de su cuerpo para reconocerlo finalmente en el mundo exterior.
Chuparse el dedo puede hacer que los niños se sientan seguros y felices porque les recuerda cuando están en el pecho de mamá. Comienzan chupándose el pulgar cuando están cansados, hambrientos, aburridos, estresados o cuando están tratando de calmarse o dormir.
No presiones a tu bebé a dejarlo de hacer, porque es posible que quiera chuparse el dedo aún más. Debes comprender que esta es la forma en que el bebé se calma y consuela.
Por qué los pies? llega un momento de locura en el que solo existen los pies para nuestros bebes. Esto pasa cuando el bebé entiende dos cosas:
- La forma, el sabor, el tacto.
- ¡Que son suyos! Acaba de llegar al extremo final de su cuerpo, está terminando de construir su esquema corporal y empezando a entenderse como algo completo y separado del resto del mundo, en otras palabras, es una etapa en la que el bebé tiene entre 6 y 9 meses en la cual está más fuerte y seguro en sus movimientos. Está comenzando a dominar su cuerpo y cada vez explora mas y mas.
No debemos preocuparnos y simplemente saber que es una etapa que empieza desde que entran a este mundo y termina entre los 2 y 3 años de edad.
Como ya sabemos el mundo de ser padres es aprendizaje diario. Los bebés nos hablan desde su comportamiento, todo nos indica algo en ellos: como duermen , como lloran , como comen. La clave está en observar y confiar, con paciencia. Nuestro bebé evoluciona y crece cada segundo y nosotros como padres también, mediante la observación diaria de nuestro hijo.